Bailongu, escuela de baile
El viernes 20 de enero de 2012, la sala grande de Bailongu lucía especialmente acogedora. Muchas caras nuevas se incorporaban al baile semanal con sus segundos pasos de baile compartido (¡ni el primer día de clase son los primeros!). Alegría y ganas de girar por la pista, muchas miradas cómplices, algún gesto tímido midiendo el espacio...
¿La verdad? La noche se deslizó mágica: las primeras experiencias en la pista se confundieron con otros giros más expertos y, a partir de ahora, nunca se tendrían que separar... El duende que ha encantado la sala grande de Bailongu lo ha hecho creando un espacio que sólo hace que inspirar espíritu de compartir bailes, risas y amistad; da igual si los pasos son más o menos perfectos, tampoco hay que marear la pareja con vueltas trepidantes... Basta con disfrutar de la pista, girando con pasos maestros o dando un paso "experimental".
Los noveles de la casa inauguraron la noche y, después, muchas canciones muy bonitas, ritmos y bailes muy diferentes, buen clima y ambiente de fiesta..., perfecta armonía entre noveles, gente que va avanzando y pasos expertos. Los profesores y profesoras de la escuela protagonizaron unos momentos bonitos de baile: cambiaban las músicas y las parejas, se mostraban muchos de los bailes..., pero sobre todo quedaron en el aire aromas de sensibilidad y de trabajo bien hecho, de pasión por el baile. Cuando la fiesta se había acabado y la escuela estaba cerrada a cal y canto, el duende de Bailongu escuchó como uno de los focos de la sala grande (recién estrenado) le decía a un altavoz que tiene ya muchos años: --Yo soy novel, sabes... Pero el próximo viernes cuando suene un fox, ¡te sacaré a bailar!
Enero 2012