Un barrio con mucho ritmo

El barrio de la Sagrada Familia tiene mucho ritmo. Lo demuestra cada año con su Fiesta Mayor y su Fiesta de Otoño. Dos momentos en los que el barrio se llena de actividades y de gente que sale a la calle para pasar el rato, para encontrarse, para participar en actividades diversas? Y así lo hicieron el fin de semana del 18 y 19 de octubre en la Fiesta de Otoño. La calle Provenza estaba atestada de gente paseando, comprando, mirando las paraditas... y en medio de este follón estaba Bailongu haciendo lo que mejor sabe hacer: bailar y hacer bailar.

El sábado el protagonismo fue para los Petits Bailongus. Vanessa e Irene hicieron dos divertidísimas animaciones de swing y hip hop, respectivamente. Después de una hora intensa de baile entre pasos, risas y humos de barbacoas, al final, padres y niños acabaron bailando todos juntos la coreo en el escenario.

El domingo se hizo una nueva edición del Baile-vermut de Bailongu. Y una vez más la gente respondió muy bien y, muy especialmente, un montón de amigos y amigas de la escuela que siempre participan en todo aquello que les proponemos y nuestro fantástico equipo de profesores. Esta vez el Baile-vermut empezó a ritmo de bachata, y esto hizo que mucha gente aparcara rápidamente la timidez y se lanzara a hacer la animación. La gente, con muchas ganas de pasarlo bien, seguía con mucho ritmo las indicaciones de Jordi, que consiguió que buena parte de los asistentes participaran en una divertidísima rueda de bachata. Después de un pequeño descanso fue Joan quién contagio la energía del Runaround Sue a los asistentes y a algunos turistas que pasaban por allí. Después del rock llegó el turno de las chicas de Bollywood, y con ellas todo se llenó de ritmo y de color. Lali y el resto de alumnas que la acompañaban consiguieron que se llenara todo el espacio de gente con ganas de probar los pasos que se los proponía. Para acabar con energía, Jordi hizo una fantástica animación de rueda cubana. Las ruedas gustan mucho, y esta vez no fue una excepción. A las dos en punto acabábamos el Baile-vermut bajo un sol sofocante, sudados y cansados pero contentos por las sonrisas, las felicitaciones y las caras de felicidad de todas las personas que habíamos hecho bailar al ritmo de Bailongu.

Octubre 2014